JUEGO, SEXO, AMOR Y... PASIÓN DE DOS

lunes, 2 de diciembre de 2013

Definiciones acerca del Bondage -parte 3

La seguridad en la práctica del bondage

Tanto en el bondage como en el shibari, como prácticas eróticas, se tienen que seguir unas reglas básicas.
Ante todo, la relación tiene que ser:

Sana
Consentida
Consensuada
 
El bondage se basa en una relación de confianza entre la persona atada y la persona que ata. Sobre esta última recae el grueso de la responsabilidad, dada la indefensión (previamente consensuada) de la otra.
Para evitar accidentes, que en ocasiones pueden llegar a ser graves, se suelen seguir algunas normas básicas de seguridad:

No dejar nunca sola a una persona atada.
No pasar jamás una cuerda alrededor del cuello.
Contar a mano con unas tijeras funcionales, como medio de liberar rápidamente a la persona atada.
Prevenir los riesgos de caída: una persona atada puede llegar a sufrir un accidente serio si cae hacia atrás.
No realizar suspensiones con la persona atada si no se tiene la suficiente experiencia, ya que es una operación delicada.
No utilizar nunca nudos corredizos u otros tipos de nudos resbaladizos.
Realizar sesiones de corta duración si las posiciones son incómodas o si la persona que ata no es experimentada.
Hidratar regularmente a la persona atada y suministrarle líquidos.
Muchas de las posturas que se reproducen en el material gráfico sobre bondage, son de exhibición, no pueden ser reproducidas sin un alto dominio de la técnica. No se deben correr riesgos innecesarios.

El autobondage (es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma) es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.

Las personas que practican este también denominado, arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego.
Es cierto, sin embargo, que también existe un importante sector que lo practica de forma consensuadamente ritualizada, donde todos los elementos que se incorporan responden a implicaciones profundas y consensuadas entre las partes, sin rastro alguno de elemento de juego o escénico.