con DATA LEÍDA EN LA WEB:
1. Privación
sensorial. No ver y/o no oír aumenta las sensaciones corporales. Haz la prueba:
cierra los ojos y acaríciate, después haz lo mismo, mirando. Nada que ver. Por
lo tanto, para empezar, ¿por qué no probar con una venda en los ojos?
Un
juego: el amo acaricia al sumiso –puede además contarle una fantasía- y le hace
sufrir tanto como desee, porque decide cuando le permitirá llegar. Extra:
auriculares y música sensual… o silencio.
2.
Inmovilización. Quien ata (de entrada, valdrán unos fulars o medias, ya
complicaréis las cosas más adelante) debe comprobar que no aprieten en exceso
(¡pregunta!). No hace falta causar dolor (salvo que eso quiera el sumiso) y no
deben cortar la circulación sanguínea (prohibido el cuello).
De
hecho, para novatos, bastara que generen la sensación de no poder desasirse.
Indispensable,
siempre tener unas tijeras (sin puntas peligrosas, mejor las de tipo escolar) a
mano por si el atado se agobia (o le da un ataque de pánico), algo le hace
daño, pierde la conciencia (¿por qué crees que he escrito lo de no apretar en
exceso?)…