JUEGO, SEXO, AMOR Y... PASIÓN DE DOS

jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuando se desean los azotes

con DATA LEÍDA EN LA WEB:

3. Azotes. Si queréis probar, empezar con la mano y centraros en las nalgas. Solo nalgas…
Para dar hay que saber dónde: por ejemplo, en la parte baja de la espalda es muy peligroso, o sea que ¡nada de experimentar a lo loco!
Tiempo tendréis para perfeccionar vuestras aptitudes.
 

Más cosas: ¡calentar! ¿Qué quiere decir esto? Acariciar la zona un buen rato (hay quien se recrea en ello una hora antes de dar una nalgada) para relajar a la pareja y, sólo entonces, castigar ¡y hacerlo flojito!
El objetivo es que quien recibe se relaje, que la sangre vaya concentrándose en la zona (las caricias previas pueden volverla rosácea) y, con ello, aumente su excitación. En definitiva, la idea es ir de menos a más.

El placer no necesariamente está en la fuerza, sino en ese juego, que se puede acompañar, por ejemplo, de caricias genitales.


4. Palabra de seguridad. Pactar una.
Si el sumiso la usa, el amo detiene inmediatamente la actividad.
No vale elegir “no”, “basta” o “para”, porque es fácil utilizarlas como parte del juego. Si te va que te azoten es posible que también te gusta hacer ver que “no” quieres que lo hagan…
Por lo tanto, lo mejor es buscar otra expresión: “rojo”, por ejemplo.

Mejor empezar por algo sencillo (siempre ir de menos a más) y ser positivos asumiendo que se trata de probar y errar, probar y acertar. Para ir a más, existen talleres de iniciación.