A
muchas de mis amigas les extrañaría lo que os voy a contar, incluso yo unos
años atrás me hubiera sorprendido. ¡Me encanta practicar Bondage! Para los que
no sepáis que es, se practica en las relaciones BDSM, consiste en que un
miembro de la pareja ata al otro.
LEÍDO EN LA WEB:
“3 ataduras de Bondage”
(Autor, activatexg )
Descubrí
esta práctica con un antiguo novio, hace unos 7 años. Aún recuerdo cuando me
dijo que a él le gustaba dominar en el sexo y que le encantaría que yo fuera su
esclava. Cuando oí esas palabras me quedé sin habla, pensando que era un
pervertido.
Pero
me contó en que consistía y que quería hacerme. No quería azotarme, ni obligarme
hacer nada que yo no quisiera, simplemente pretendía disfrutar de mi estando
indefensa y sin poder moverme, ni tocarle.
Al
escuchar esas palabras salir de su boca, un escalofrío recurrió por mi cuerpo,
nunca me había sentido tan deseada y el hecho de entregarme a un hombre para
obtener placer, me suponía una idea muy erótica, así que acepté.
Confié
en él y me deje llevar. Para no empezar de una forma brusca, decidió taparme
los ojos e inmovilizarme las manos atándolas al cabecero de la cama.
Al
principio estaba muy nerviosa, jamás me lo habían hecho antes y estaba allí
desnuda expuesta delante de mi pareja totalmente indefensa.
El placer que sentí
fue irrepetible, me desinhibí por completo dejando toda la responsabilidad del
juego sexual a él, y el resultado fue de lo más erótico. Cada vez que se
acercaba a mi, me rozaba con sus manos o con objetos que no podía identificar,
mi piel se erizaba y mi adrenalina aumentaba sin control.
Poco
a poco fuimos probando nuevas ataduras y cada vez estaba más inmovilizada, en
ocasiones me ataba de pies y manos, abierta en cruz encima la cama con cuerdas,
cadenas, cinta adhesiva aquello que tuviéramos a mano. Me fui aficionando, me
hechizaba entregarme a él y poco a poco empecé a alcanzar placer mediante el
tacto de la seda, las cadenas, la presión de las cuerdas, el roce que producía
la cuerda al desplazarse por mi piel. Jugaba a intentar liberarme, sin ningún
éxito, claro, pero la sensación de impotencia me agradaba y más cuando él me
estimulaba sexualmente.
Es
importante saber que el Bondage no implica necesariamente contacto sexual, la
pareja puede disfrutar del placer de atar y ser atado, a nosotros nos gustaba
tener contacto sexual, a él lo que más le gustaba era verme disfrutar y hacerme
llegar al éxtasis.
Era
tanto el goce que obteníamos los dos que nos adentramos en este mundo
aprendiendo nuevas ataduras, él sabía bastante pero fuimos buscando nuevas.
Aquí
os digo las que más practicábamos por si te animas a practicarlo con tu pareja,
es importante saber que es una práctica muy disciplinada y debéis hacerlo con
mucho cuidado de no herir a la pareja.
- Hogtied:
Este tipo de atadura se conoce por la poca o nula movilidad del sometido. La
posición más típica, es con los brazos atados a la espalda, preferentemente
hasta los codos y los tobillos amarrados a estos.
- Bondage Oriental:
Se caracteriza generalmente por un meticuloso y abundante uso de las sogas, con
varias vueltas por todo el cuerpo. En casi todos los casos incluye el
aprisionamiento de los senos y el pasaje de una o más cuerdas por la
entrepierna generando una leve presión en el sexo de la víctima. Con ésta, la
estimulación es máxima.
- Spread Eagle: Consiste
en atar a la persona a una cama, marco de puerta o bastidor o similar de forma
tal que sus miembros queden lo más abiertos y estirados posible.
¿Te animas? Es una práctica muy erótica y se
puede utilizar como complemento de otras prácticas sexuales, para estimular la
lívido de la pareja.