JUEGO, SEXO, AMOR Y... PASIÓN DE DOS

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Algunos tipos de ataduras

A muchas de mis amigas les extrañaría lo que os voy a contar, incluso yo unos años atrás me hubiera sorprendido. ¡Me encanta practicar Bondage! Para los que no sepáis que es, se practica en las relaciones BDSM, consiste en que un miembro de la pareja ata al otro.

LEÍDO EN LA WEB:

“3 ataduras de Bondage” 
(Autor, activatexg )

Descubrí esta práctica con un antiguo novio, hace unos 7 años. Aún recuerdo cuando me dijo que a él le gustaba dominar en el sexo y que le encantaría que yo fuera su esclava. Cuando oí esas palabras me quedé sin habla, pensando que era un pervertido.
Pero me contó en que consistía y que quería hacerme. No quería azotarme, ni obligarme hacer nada que yo no quisiera, simplemente pretendía disfrutar de mi estando indefensa y sin poder moverme, ni tocarle.
Al escuchar esas palabras salir de su boca, un escalofrío recurrió por mi cuerpo, nunca me había sentido tan deseada y el hecho de entregarme a un hombre para obtener placer, me suponía una idea muy erótica, así que acepté.
Confié en él y me deje llevar. Para no empezar de una forma brusca, decidió taparme los ojos e inmovilizarme las manos atándolas al cabecero de la cama.
Al principio estaba muy nerviosa, jamás me lo habían hecho antes y estaba allí desnuda expuesta delante de mi pareja totalmente indefensa. 
El placer que sentí fue irrepetible, me desinhibí por completo dejando toda la responsabilidad del juego sexual a él, y el resultado fue de lo más erótico. Cada vez que se acercaba a mi, me rozaba con sus manos o con objetos que no podía identificar, mi piel se erizaba y mi adrenalina aumentaba sin control.
Poco a poco fuimos probando nuevas ataduras y cada vez estaba más inmovilizada, en ocasiones me ataba de pies y manos, abierta en cruz encima la cama con cuerdas, cadenas, cinta adhesiva aquello que tuviéramos a mano. Me fui aficionando, me hechizaba entregarme a él y poco a poco empecé a alcanzar placer mediante el tacto de la seda, las cadenas, la presión de las cuerdas, el roce que producía la cuerda al desplazarse por mi piel. Jugaba a intentar liberarme, sin ningún éxito, claro, pero la sensación de impotencia me agradaba y más cuando él me estimulaba sexualmente.
Es importante saber que el Bondage no implica necesariamente contacto sexual, la pareja puede disfrutar del placer de atar y ser atado, a nosotros nos gustaba tener contacto sexual, a él lo que más le gustaba era verme disfrutar y hacerme llegar al éxtasis.

Era tanto el goce que obteníamos los dos que nos adentramos en este mundo aprendiendo nuevas ataduras, él sabía bastante pero fuimos buscando nuevas.
Aquí os digo las que más practicábamos por si te animas a practicarlo con tu pareja, es importante saber que es una práctica muy disciplinada y debéis hacerlo con mucho cuidado de no herir a la pareja.

- Hogtied: Este tipo de atadura se conoce por la poca o nula movilidad del sometido. La posición más típica, es con los brazos atados a la espalda, preferentemente hasta los codos y los tobillos amarrados a estos.

- Bondage Oriental: Se caracteriza generalmente por un meticuloso y abundante uso de las sogas, con varias vueltas por todo el cuerpo. En casi todos los casos incluye el aprisionamiento de los senos y el pasaje de una o más cuerdas por la entrepierna generando una leve presión en el sexo de la víctima. Con ésta, la estimulación es máxima.

- Spread Eagle: Consiste en atar a la persona a una cama, marco de puerta o bastidor o similar de forma tal que sus miembros queden lo más abiertos y estirados posible.
 


 ¿Te animas? Es una práctica muy erótica y se puede utilizar como complemento de otras prácticas sexuales, para estimular la lívido de la pareja.